El futuro de la movilidad en las grandes ciudades está en el coche eléctrico, para así hacer frente a unos niveles de contaminación alarmantes. De hecho, hace ya algún tiempo que sus ciudadanos respiran una calidad del aire que impacta negativamente en su estado de ánimo, salud y confort.
Los dirigentes políticos han tratado de instaurar normativas legales para equilibrar la balanza, apostando por la movilidad sostenible, aunque son necesarios muchos cambios para transformar la situación actual y ver algo de luz.
Dentro de estos cambios, la sustitución del coche de combustible por el eléctrico resulta algo fundamental, pues su finalidad es obtener ciudades que promuevan la salud de sus habitantes a medio plazo. Lo cierto es que cambiar la flota en los núcleos de población más grandes se ha convertido en algo imperioso que deberá efectuarse forzosamente dentro de unos años.
EL COCHE ELÉCTRICO EN MADRID Y BARCELONA
Muchas ciudades como Madrid o Barcelona han creado ciertas restricciones que atañen a los vehículos con motor diesel, que durante un tiempo adquirieron una gran notoriedad entre los conductores. Los vehículos de gasolina generan emisiones de CO2 y hace algunos años se luchaba para acabar con ellos. Sin embargo, ya no es suficiente y ahora es clave acabar con las partículas y óxidos de nitrógeno que son expulsados a la atmósfera por los coches de gasoil.
En la capital está prohibido circular en Madrid Distrito Centro con vehículos sin el distintivo ambiental de la DGT. Por el contrario, los vehículos CERO, ECO, C y B podrán entrar (en el caso de estos últimos vehículos siempre y cuando tengan parking o garaje privado).
En cuanto a Barcelona, en la Zona de Bajas Emisiones ya no pueden circular desde enero de 2022 los coches con la pegatina ambiental B. Esto se refiere a los vehículos de gasolina Euro 3 o los diésel Euro 4.
Los coches eléctricos, además, cuentan en algunos casos con aparcamiento gratuito. De hecho, el Ayuntamiento de Madrid decidió subir las tarifas en la zona SER para los coches de combustible que más contaminan, así como reducir la velocidad en los anillos periféricos. Incluso tiene previsto limitar la circulación a los vehículos que no posean el distintivo ECO o CERO en 2025.
Sea como sea, estas medidas irán en aumento, gracias a la Ley de Cambio Climático. Y es que el Gobierno de España pretende obligar a los municipios grandes de más de 50000 habitantes la creación de Zonas de Bajas Emisiones. No obstante, serán los Ayuntamientos los responsables de adoptar las restricciones de circulación que consideren oportunas.
COCHE ELÉCTRICO: CIUDADES MÁS SALUDABLES Y HABITABLES
Para llegar al nivel de CO2 que establece la ONU (inferior a las 450 ppm) y tener ciudades más saludables y habitables, la principal solución es el coche eléctrico.
Los elevados índices de contaminación en las ciudades han hecho saltar todas las alarmas, pues su gravedad estriba en la concentración de coches de combustión que tiene lugar en un área concreta. Por esa razón, no supone el mismo quebradero de cabeza los vehículos diesel que circulan a cientos de kilómetros de Madrid o Barcelona.
Al no hacer ruido y respetar la calidad del aire, la salud y el bienestar de los habitantes mejora. Por eso se ha establecido una fecha clave, el 2050, año en el que se prevén unos 2500 millones de estos vehículos en circulación.
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Asimismo, existen algunas fórmulas que han irrumpido en los jóvenes. Se trata del uso temporal o compartido de vehículos, un fenómeno que ya está haciendo acto de presencia en grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
Se trata de conceder soluciones de movilidad bajo demanda a todo aquel que lo necesite a un precio asequible sin tener que tener un coche en propiedad. Lo mejor de todo es que las plataformas que lo hacen posible están empleando en su mayoría vehículos eléctricos para apostar por una movilidad limpia, contribuyendo así con la reducción de emisiones de CO2.
De cualquier forma, hablamos de pequeñas soluciones que no solucionarán por sí solas el problema que vivimos en las grandes ciudades. Esta situación sólo podrá abordarla el aumento significativo de coches eléctricos en detrimento a los de combustión.
